Juan Gustavo Cobo por Maripaz Jaramillo, 2012 |
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Bio/Biblio:
Juan Gustavo Cobo Borda (Bogotá, 1948). Poeta y ensayista. Fue director durante una década (1973-1984) de la revista ECO de Bogotá. Ha ocupado cargos diplomáticos en Buenos Aires y Madrid y ha sido embajador en Grecia. Miembro de número de la Academia Colombiana de la Lengua, desde 1993, y correspondiente de la Española, ha participado en la nueva edición del Diccionario de la Lengua Española. Como él mismo lo dice: “Otra forma de escribir poesía”. Ha sido jurado tres veces del premio Juan Rulfo, de Guadalajara, México, del Rómulo Gallegos (Caracas), del Reina Sofía de poesía iberoamericana (Madrid) y del Neustad, Universidad de Oklahoma, USA.
Página web: www.coboborda.org
Página web: www.coboborda.org
Poética:
¿Cómo escribir ahora poesía,
por qué no callarnos definitivamente
y dedicarnos a cosas mucho más útiles?
¿Para qué aumentar las dudas,
revivir antiguos conflictos,
imprevistas ternuras;
ese poco de ruido
añadido a un mundo
que lo sobrepasa y anula?
¿Se aclara algo con semejante ovillo?
Nadie la necesita.
Residuo de viejas glorias,
¿a quién acompaña, qué heridas cura?
Poemas:
Aprendí contigo
que todo acto
se torna irrisorio
sobre el telón de la distancia
Aprendí contigo
que cualquier ímpetu
naufraga
ante las atareadas murallas
de lo razonable
Aprendí contigo
a volver mudo el lenguaje
para medir así
el vacío que pule las aristas
y ahoga su secreta resonancia
Aprendí contigo
lo vano del entusiasmo.
Lo pueril de una carta.
Lo cotidiano de la muerte
y sus desengaños.
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Tierra caliente
Como la canción de la radio
también aquí,
en una pequeña ciudad de provincia,
la noche es tibia y callada.
Música de mecedora que cruje
se enciende y se apaga una luciérnaga.
Vaho de la tierra: hondo tu cuerpo.
El oscuro roce de una mano
es ese astro que arde.
Bocanada tras bocanada, aspiro tu piel.
Al desnudarte, el cielo se rasga:
tormenta de verano.
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Combate
Las palabras no sirven
si no te traen enseguida.
Las palabras son vanas
si no restituyen
tu calor y tu encanto.
Las palabras resultan inútiles
si no me permiten coger este mundo
en el puño
y ponerlo a tus pies.
Las palabras se vuelven despreciables
si no disuelven
el fantasma de los celos
y al hombre con quien vives
y que quizá también te ama.
Las palabras son superfluas
si no curan la impaciencia
y me llevan a instalarme en tu alma.
Las palabras son estériles
si no te cubren de gloria
y te hacen aún más bella
que el desenfrenado júbilo
con que te canto.
Las palabras son innecesarias
si no desvían un avión
en Mejorada del Campo
o recrean una memoria
que se apaga.
Ah, las pobres palabras:
suficientes penas
para decirte que te amo.
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1 Comentario:
Excelente articulo y muy bien escrito, espero leer mas de este blog, felicitaciones !
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